Cuando la ansiedad circula

imagino impaciente 

el final del cuento 

No hay tiempo 

para verte a los ojos mil veces,

ni para tejer lo nuestro de a poco,

como merece.

Cuando la ansiedad me gana

no puedo esperar a mañana:

te quiero a mi lado de manera imposible.

No hay tiempo

para descubrir tus átomos 

ni para permitirte conocer mis latidos.

Cuando estoy como ahora,

tu presencia se me hace urgente,

fantaseo que me estás pensando,

y la incertidumbre infinita
no me deja soñarte.

¿Quién dijo
que necesito tu validación?

No las cartas

No el universo
que me vio romper cada muro

No la vida
que me forzó a cruzar cada puente
atravesar cada ola
conquistar cada montaña

¿Quién dijo
que tenés algún poder sobre mí?

No mis alas
ni mis colmillos
ni mucho menos mi músculo más fuerte:
mi corazón de leona
de amazona
de mujer valiente

¿Quién dijo
que me hacés falta?

La corriente eléctrica
carga cada glóbulo en mi sangre
Busca una salida
Un cable a tierra

Lo abstracto
Lo absurdo
Lo soñado
Ansían forma y masa

Solo se puede decir
lo que se admite

Hoy lo grito:
¡Yo anhelo
volver a enamorarme,
volver a encontrarme
en piel y alma!

Soy la mujer desnuda
que dibujé abstracta.

Vendrá a mis días un nuevo amor
melodioso y anhelante.
Desvelante, adrenalínico,
Imparable.

De a poco mostrará
pequeñas pero nítidas fallas.
Discusiones insensatas.
Terremotos emocionales de variada intensidad.

Cimentará así,
ladrillo a ladrillo de empatía y desencuentro,
un hogar para mi alma
y el alma de mi inasible amado.

Nos verá crecer,
llorar.
Demorarnos y apresurarnos,
siempre de manera inconveniente.

Lo viviremos fuertes, cansados,
atropellados por la rutina,
y, por sobre todas las cosas,
con un juvenil entusiasmo por el mañana.

¿Fuego o infierno?

Quién sabe.

Inquietud
Ansiedad
Desvelo

La intriga
del corazón galopante

¿Sos lo que veo?

Ha vuelto el orden a casa.

Los horarios previsibles,
la cocina reluciente.
Día por medio, rutina de ejercicios.

El nene en su cama a las 22.
Agua limpia cada noche para el gato.
La vista descansa en el patio
sin hojas.

Dios, cómo extraño el caos.

Habituada a mentir
escapaba indefensa
o atacaba

Incapaz de clemencia
o de ternura y calidez

Ahora la verdad es revelada
En cada lágrima
Sospecha
Inquietud
Ansioso aliento
y latidos desatados

Ahora el amor
- ahora sí -
es sincero.

Amanece
la nueva mujer

Sólida y confiada

Reunida en su interior
No más fragmentada

Devuelve
la nueva mujer
la mirada

Se abre a la vida



Y canta.

Todo duele más que antes
Vieja sensación
de angustia y desconfianza

Veo en tu imagen

el fantasma

Hábil despliegue de oportunidades 

Consecuencias vacías y extrañas expectativas 

Entiendo que es negro

Espero el invierno 

El regreso es elocuente 

La mirada es el desvío 

No creo tu mentira 

Pero tu mente

Tu mente espina